AÑICOS

AÑICOS

jueves, 1 de octubre de 2015

¿Que si lo sabia? ¿Sabia que ese primer beso iba a ser el principio de un largo y doloroso viaje? No, no lo sabia. No sabia que me estaba metiendo en un lugar donde no iba a poder dar ni una vuelta sola. No sabia que se podía enamorar de nuevo. No sabia que lo enfermizo me encantaba. No sabia que una sonrisa podía ser el disparador de una matanza continua. No lo sabia. Tampoco sabia que los nervios seguían existiendo en mi. No sabia que era posible que mis manos vuelvan a sudar, que me acomode el pelo tantas veces en menos de 20 segundos, no sabia que había formas de pestañar distintas a las normales. No sabia en donde estaba yendo. Lo supe después. Esas palabras que nunca terminaban, interrumpidas por besos y abrazos, con sonrisas en ellos. Viento, arboles, música, vibras, birras, humo, gritos, cantantes, artistas, mesas, oscuridad...besos, caminata, abrazados, a la vuelta.. verano. ¿Habra otro así?
Pasa el tiempo. Separados. "Te volveré a ver, porque siempre hay un regreso", lo hubo.
Remises, Uruguay, escaleras, calefactor. Vuelta a la mesa. Hogar. Cama, oscuro, pared.
Luz de la luna, ventana. Remis y a Parmenia Romo.
Encuentros no planeados. No te conozco. No soy el de anoche. No hicimos el amor. 
Sabras ocultarme bien y desaparecer, entre la niebla. 
Quizás me quisiera, vaya uno a saberlo, pero lo cierto es que tenia una habilidad especial para herirme. 
Estaba rompiendo las reglas, todas juntas.

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